jueves, 11 de junio de 2009

“La vida es eso que pasa mientras pensamos en otra cosa”

Lo dijo John Winston Lennon y yo sé que también lo pensó cuando estaba en los brazos de Yoko, mientras se desangraba por el formidable balazo que le propinó Chapman, que ya había hecho lo que tenía que hacer y se sentía pleno y triste.

Y por momentos estás focalizado en tus cosas, en tus proyectos e incluso en tus amores. Pero la vida -como el destino- siempre se ocupan de probarte, incluso innecesaria y exageradamente. Y te pasan esas cosas que nunca creíste que te iban a pasar.

Y las pruebas no son fáciles, claro. Buscás tu lugar en el mundo, sabés que existe y lo buscás. El tiempo te apremia. Y te empezás a desesperar. Pero por alguna situación extraña, siempre hay una campana que te salva. Encontrás a otros que están en la misma, dando vuelta por algún lado, intentándolo. Algunos lo logran, otros no. Todo depende de tu preparación, tu perseverancia y tu inteligencia. El infierno o el paraíso -a veces en mínima diferencia- se disputan cada alma a muerte.
¿ Y Dios ? Bien, gracias, en las grietas, acechando como pensaba nuestro Homero argentino.
A veces su forma de manifestarse, es justamente así, a hurtadillas, como quien espía y no es de mucha ayuda, mientras te dan la paliza. Me dicen que estoy equivocado, que no es así, pero a esta altura no estoy seguro de nada y menos esta noche fría de jueves. La fe -hoy, para mí- es pura inercia.

Parece que mañana será otro día. Así me lo prometieron. Que no iba a ser igual a hoy. Ja !! Cerdos mentirosos !! Claro que será igual ! y pasado también. Y ellos lo saben. Pero es verdad: me conocés: sabés que no voy a bajar lo brazos. Sin embargo, no te abuses. No creas que te voy a esperar toda la vida.