sábado, 12 de septiembre de 2009

NULLA SINE UMBRA SOLE

Algunos días después del infierno, te puedo contar que estoy un poco mejor, que tengo mis momentos, que fue difícil, pero que la fui llevando. Dios juega entre el abandono y la presencia. Es un Dios raro, que pareciera no temer perderte.

Cada vez me cuesta más escribir, por lo menos este tipo de textos. Voy a escribir una gran obra de teatro, que constituirá mi obra culmine o el comienzo de otra literatura, mucho más madura, mucho más centrada.

Estuve en el borde, pero ahora estoy un poco mejor. Creo que no fue -al menos en gran parte- culpa mía: todo hombre tiene sus limitaciones. Morir y volver a nacer. De eso se trata, como el ave fénix.

Cuando brillar ya no sirve.
Cuando estar seguro de uno mismo no es ninguna seguridad.
Cuando sentía que te perdía, en el fondo te constituiste de otra manera.

Es momento de volver a empezar. Renacer. Fortificarme. Encontrar a lo Absoluto de otra manera, distinta, diferente
¿ Acaso Señor, me desviaste del camino para que vuelva a encontrarte ?

Te sigo buscando entre las sombras, entre las malezas. Tú lo sabes, no entiendo tu juego: lo respeto pero no lo entiendo: me estás matando.

Sabes que me cansé, que me harté. Ahora sólo te esperaré. Y te digo sólo una cosa: no tardes mucho en llegar.


Pd 1 : no pretendo que entiendas, sino que hagas como hice yo durante años: te calles y aceptes.
Pd 2: "El infierno son los otros" J. P. Sartre.