Queridos Comentaristas: pues como dice el título de la presente entrada hoy hablaré sobre algunas ideas y conceptos que he desarrollado a partir de ciertos comentarios.
Señoritas en busca del amor ! En menudo lío me he metido..! Cuando mencioné: “consejos” me refería principalmente a intentar compartir con uds. que es lo que buscan los hombres, y no tanto decirles que deberían hacer uds. para encontrarlos ( ¿ existirá tal serie de secretos ? ). Seguramente sabiendo que quieren ellos -en su mayoría- se les ocurran algunas ideas. Y hago esta salvedad, porque con nosotros (en este caso) sucede lo mismo que con uds: no somos todos iguales.
Cuando leí que van a bailar, que se producen, se visten, se cambian, etc. y luego vuelven frustradas sin haber “encontrado” nada, pensé que tal vez es difícil encontrar un amor en una disco/boliche, llena de gente, con la música a todo volumen, etc. No digo que sea imposible, digo que es improbable.
Quizás el amor simplemente… aparece, quizás el amor está más cerca de lo que uno cree… Opino que definitivamente hay que ir a buscarlo, pero creo que también llega y tal vez la búsqueda debe empezar en uno, digo desde adentro hacia fuera y no viceversa. Por ejemplo, comprar ese libro significa precisamente esto: intentar entender (y aprender) como es el otro, entender como soy yo, entender nuestras semejanzas y diferencias; buscar dentro de mí lo que me puede estar separando del otro, y de este modo poder subsanarlo.
Platón, en “El Banquete” (s. IV a C) lo explica de un modo insuperable: somos naturaleza escindida en perpetua búsqueda de aquello de lo que hemos sido primigeniamente despojados.
Y casi les diría que en este proceso lo que importa es estar en camino y veo que es algo que uds. están haciendo. Y eso es muy bueno. Lo que en verdad les falta corregir es el hecho de haber llamado a “la fea” con ese apodo (que tan fea no debe ser porque por lo que cuentan le fue bien). Aun sin conocerlas, me caen bien, porque se ven que son amigas y que están buscando a su modo, el amor, pero voy a aprovechar esta oportunidad para que recapacitemos acerca de esto: ¿ quien determina -realmente- lo que es feo y lo que es bello ? “Lo esencial es invisible a los ojos” decía Saint Exupéry, mis queridas. Hay dos tipos de belleza; una belleza física, externa, poderosa tanto más etérea como volátil, una belleza que atrae, cautiva pero también hay otra interna, espiritual que permanece y trasciende. La primera es casual, accidental: se la tiene o no; la segunda es un logro, es una conquista. Está oculta; sólo la ve el ojo preparado.
Yo te distinguí entre todas, mi deseo, mi percepción, mi corazón, mis manos y mi amor te encontraron.
El verdadero amor pasa por otro lado. Créanmelo. Al principio puede empezar por algo visual, físico. Eso está muy bien, es necesario y hasta les diría que
la química o la atracción física son fundantes en una relación. Pero si en algún punto esa atracción no evoluciona hacia otro nivel o no está sostenida desde otro lugar, se cae. Lo físico -que algún día desaparece o de lo cual (aunque parezca imposible) uno se puede cansar- no alcanza para sostener el amor. Es un punto de partida, no de llegada.
Aquí -si se me permite la soberbia del caso- permítanme la indiscreción: se están equivocando: están intentando encontrar(se) con un género que no conocen (error en vías de corrección por vía del libro) y estén acaso reduciendo la búsqueda a algo externo.
Debo admitir mis limitaciones; sin conocerlas acabadamente es lo mejor que puedo hacer por uds; con respecto a los consejos, me rectifico: con el tiempo probablemente les dé sólo algunas reflexiones y pensamientos que espero puedan servirles. Pero no quiero comprometerme. Cada uno tiene que hacer su propia experiencia. Y yo no soy nadie para aconsejarlas.
¡ Les mando un cariño muy grande !