martes, 1 de diciembre de 2009

Y hoy te digo que

el mundo es mi casa. Y la tuya también. El mundo es la casa de todos. A cualquier lugar que voy, siempre me siento bien. Y en cualquier lugar siempre soy bienvenido. El mundo es un lugar hermoso y siniestro. Bah... como cualquiera de nosotros (pues en definitiva será siempre una proyección de nuestra interioridad).

El amor funciona como una curiosidad (incluso -creo- por momentos malsana). Tú siempre quieres saber que siente el otro por ti. Lo peor es cuando no siente nada. No es ninguna novedad: la indiferencia te destroza el corazón. Pero el amor siempre está, de una u otra manera. Es eterno y trascendental y como una cicatriz, nunca termina de desaparecer completamente.
El tiempo fue muy veloz una vez más (lo sé, pero nunca deja de asombrarme).


Pd: no le temo al dolor o al sacrificio, le temo a la incertidumbre.

3 comentarios:

Flavia dijo...

excelente,feliz año.Fla

Pablo Antivero dijo...

Gracias Fla !! Igualmente para vos ! Buen veranito, eh ! (digo x lo de tu pierna ;-)
Beso !

Anónimo dijo...

Hola!
¿A que te referís con que el amor funciona como una curiosidad “a veces malsana”?
Comparto que lo peor para alguien que ama es recibir la indiferencia del otro a cambio, pero no me quedó claro una parte de tu pensamiento porque haces coexistir la indiferencia con una forma de amor trascendental… ¿No es contradictorio? Yo si le temo al dolor, y no demasiado a la incertidumbre, creo que mi problema en el fondo es creer que al morir me esperara algo mejor que lo que podría esperar en esta vida, en la vida hay un pequeño margen de incertidumbre, pero lo mas probable es que se sigan repitiendo las mismas costumbres, hábitos, pequeñas acciones, pensamientos, sentimientos, que estructuran nuestra predecible cotidianeidad, nada asombroso, ni muy grandioso que digamos… ;)

Saludos!